martes, 28 de octubre de 2014

Elisabeth

                   

Me disponía a ir al parque, había quedado con ciertos amigos a los que veo muy poco, sobre las 2 de la madrugada uno de los vecinos nos llamo la atención así que, nos fuimos para casa, cuando quedaban 3 o 4 puertas para mi casa, vi que una chica iba hacia la dirección del parque, la chica tenía el pelo negro y ojos verdes casi grises, al pasar al lado de ella me invadió el frio y pare a preguntarle:
-Eh chica, ¿tienes frio?-
Ella asintió, le di mi chaqueta pues yo estaba ardiendo de  calor
-Me llamo Elisabeth ¿y tú?-
Le dije mi nombre y seguido de eso le pregunte si quería que fuéramos al parque para poder hablar tranquilamente, fuimos al parque y después de un rato hablando me dijo:
-Bueno, debo irme tengo que matar a mis padres, prométeme que mañana vendrás aquí-
¿A matar a sus padre? Me asuste verdaderamente, pero, luego pensé que sería una broma.
Al día siguiente pregunte a mis amigos si sabían algo de una chica llamada Elisabeth, pero, nadie sabía nada, pregunte a mis padres y a mis vecinos, pero, ninguno me dio ningún dato, llegue a la iglesia y el cura me dijo:
-¿Qué te atormenta hijo? ¿Algún problema? ¿Se meten contigo?-
-No nada de eso, es una chica ala que conocí anoche Elisabeth, chica de pelo negro, ojos verdes tirando a gris, voz melodiosa y fría, muy fría…
-¡El padre, el hijo y el espirito santo! ¡Elisabeth ha vuelto!
El padre me conto que su nombre era María Elisabeth Morrow, nació en el 1654… ¡De eso hace más de 500 años! Mato a sus padres y después se suicido, dicen que ella aun sigue en este pueblo buscando a más presas, caí al suelo totalmente aturdida por lo que acababa de oír ¿Yo era su presa? Aquella noche no fui a donde había quedado con Elisabeth, me acosté y desperté a la 1 y media, oí un ruido proveniente de la cocina
-¿Mama? ¿Eres tú?-Pregunte
-Sí, lo siento-Me respondió
Se apagaron las luces de la cocina y se encendió la del pasillo pude oír el grito de mi madre y entendí que ella ya no estaba entre nosotros, oí como se adentraba en el cuarto de mi padre y  le quitaba la vida al igual que hizo con mi padre...

Rápidamente agarre el portátil y escribí mis últimas palabras, mi reloj empezó a pitar alas 2 en punto, en la habitación reino el frio aunque hacían 28 g fuera… Llego el momento de cumplir mi promesa de quedar con Elisabeth…   FIN