miércoles, 13 de julio de 2011

Un Mundo Nuevo

Capitulo 1

Erase una vez una niña llamada Ainara que vivía con sus tíos Marta y Mario y su hermana mayor Laura que era diez años mayor que ella y estaba a punto de cumplir los veinte. Ainara era pequeña, divertida de pelo moreno y muy pero que muy graciosa. Esa niña vivía en un campo muy verde regado de flores rojas, azules y amarillas, rodeado de montañas nevadas de donde bajaba un río cristalino que llegaba hasta el campo y formaba un pequeño lago donde vivían peces de colores y patos salvajes.
Un día Ainara y su perrita Lula se encontraron un misterioso agujero. Lula ansiosa y curiosa como siempre, empujó sin querer a Ainara y con tanta mala suerte que cayó por el oscuro agujero. Cuando llego al fondo vio un dragón vestido de duque, con anillos y pulseras resplandecientes, la niña muy extrañada se fijó en él y con cara rara siguió buscando a alguien conocido. Vió un perro dándole un beso a una gatatita muy guapa y a un ratón y un gato cenando juntos; para ella era como un mundo al revés y pensaba que guay sería encontrase con sus padres, para ella seria  una gran sorpresa y algo muy muy pero que muy especial ya que llevaba cinco años sin verlos porque se habían ido a un largo viaje.
La niña empezó a explorar aquel extraño mundo hasta que una puerta mágica apareció delante de sus ojos. Menuda sorpresa se llevo cuando al mirar por la rendija de la cerradura vio que su hermana era la  reina de un mundo oscuro, con bichos y monstruos que la verdad no parecían muy contentos que se diga.
 Ainara se preguntaba ¿donde estará la llave? la niña siguió explorando aquellas tierras misteriosas, buscando la llave que la dejara abrir esa puerta. dio unos pasos y a la vuelta de la esquina la encontró; estaba en la mano de un topo y a punto de tirarla por una gran pendiente que llegaba hasta otra puerta. Cuando el topo la tiro la niña fue corriendo por un camino amarillo y cuando cogió la llave abrió la puerta del abismo y se encontró con mundo lleno de nieve. Allí vio un cartel que indicaba varias direcciones: "polo norte, polo sur y gélido helado" Ainara muy indecisa eligió polo norte y después de muchos kilómetros se sentía muy cansada y casi congelada por el frío; cuando estaba pensando que debió elegir otra dirección se encontró con una mansión donde ponía "Pingüin Club" allí le dieron un poco de chocolate, galletas y una habitación con cama y ropa nueva para el frió, Ainara muy agradecida les regalo unas pulseras de colores que había hecho ella. La niña y los pingüinos se hicieron muy amigos y tres semanas después Ainara se mejoro, se vistió con el traje que le habían dado los pingüinos y muy triste pero con ganas salió disparada en busca de la segunda llave que le dejaría abrir la siguiente puerta, la puerta verde donde seguramente haría un calor flipante porque se abría a un desierto.